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DIFERENCIAS ENTRE INSEMINACION ARTIFICIAL Y FERTILIZACION IN VITRO

Dr. Juan Arturo Morales Aguirre

Existen varios tipos de tratamientos de fertilidad y técnicas de reproducción asistida que pueden ayudar a hombres y mujeres estériles a conseguir un embarazo y cumplir su sueño de ser padres.


Los tratamientos más utilizados, y por ello los más conocidos en la sociedad de hoy en día, son la inseminación artificial (IA) y la fecundación in vitro (FIV).


Cada una de estas técnicas está indicada para pacientes distintos y problemas de fertilidad diferentes. Por ello, es muy importante conocerlas bien y saber qué tratamiento es el más adecuado para garantizar el éxito.


Elección de la técnica de reproducción asistida

Todas aquellas parejas que no consiguen el embarazo después de un año manteniendo relaciones sexuales sin protección deberían acudir a una clínica de reproducción asistida para empezar a hacerse pruebas de infertilidad.


Este tiempo aconsejado de espera se reduce a los 6 meses cuando la mujer tiene más de 36 años. Tampoco será necesario esperar si existen problemas evidentes de esterilidad.


Una vez obtenidos los resultados de las pruebas de fertilidad, entre los que se incluye el análisis hormonal, la ecografía y el seminograma, el especialista valora qué técnica es la más adecuada para cada caso. Algunos de los aspectos que se tienen en cuenta son los siguientes:


Edad de la mujer

Reserva ovárica

Permeabilidad de las trompas de Falopio

Calidad del semen

El especialista debe explicar toda esta información a los pacientes y las razones de por qué recomienda una u otra técnica: procedimientos, riesgos, tasas de éxito, etc.


No obstante, los pacientes son los que tienen que aceptar si hacer una IA (inseminación artificial) o una FIV (fertilización in vitro) y firmar un consentimiento informado para empezar con el tratamiento.


Diferencias entre IA y FIV


La IA es una técnica más sencilla que la FIV y, por ello, es el tratamiento indicado en primer lugar en muchas ocasiones. Consiste en depositar el semen capacitado en el interior del útero de la mujer después de haber hecho una leve estimulación ovárica.


Los espermatozoides nadan hasta las trompas de Falopio (donde estará el óvulo) y la fecundación tiene lugar de forma natural. Para ello, es necesario que la mujer tenga las trompas permeables y el hombre una buena calidad seminal.


Por otra parte, la FIV es una técnica más complicada. Después de la estimulación ovárica controlada, se extraen los óvulos de la mujer a través de una intervención quirúrgica conocida como punción folicular.


Los óvulos recuperados son fecundados en el laboratorio con el semen de la pareja o un donante y, a continuación, el embrión o embriones de mejor calidad se transfieren al útero de la mujer para que tenga lugar el embarazo.


¿Cuándo hacer IA y cuándo FIV?

La inseminación artificial se suele indicar cuando los problemas de infertilidad son mínimos o como primera estrategia ante una esterilidad de origen desconocido. Como hemos dicho, es necesario cumplir con unos requisitos previos y, por ello, sus indicaciones son las siguientes:


-Mujeres menores de 35-37 años.

-Las alteraciones de la ovulación y de la reserva ovárica deben ser mínimas.

-Trompas de Falopio permeables y funcionales.

-El recuento de espermatozoides móviles (REM) debe ser al menos de 3 millones.


Cuando los problemas de infertilidad son más graves o la mujer es mayor a los 37 años, el tratamiento más adecuado es la FIV. A continuación, vamos a comentar sus indicaciones más frecuentes:


-Mujeres con baja reserva ovárica.

-Trompas de Falopio obstruidas o mujeres con ligadura de trompas.

-Factor masculino moderado o severo: oligozoospermia, astenozoospermia, teratozoospermia, etc.

-Fallos previos de inseminación artificial.


Medicación para estimular el ovario

Tanto en la IA como en la FIV, es necesario administrar a la mujer medicación hormonal para que tenga lugar un desarrollo folicular controlado.


En el caso de la IA, la dosis de gonadotropinas (FSH y LH) será mucho menor que en la FIV, puesto que se pretende conseguir solamente uno o dos folículos maduros para hacer la inseminación. Si se obtuviera un desarrollo folicular mayor, habría riesgo de embarazo múltiple.


En una fecundación in vitro, en cambio, la estimulación ovárica es mayor para poder conseguir un desarrollo folicular múltiple que permita obtener un número elevado de óvulos y, así, aumentar la posibilidad de conseguir buenos embriones.


Lo normal es obtener entre 6-10 óvulos por cada ciclo de FIV. Después de la fecundación y la transferencia embrionaria, los embriones sobrantes son vitrificados para utilizarlos en futuros intentos o para tener un segundo hijo.


¿Tienes dudas? Llámanos al 878-782-9596

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